Después de escuchar la canción más triste que nunca habia escuchado, después de una larga y dura semana,
después de que las horas se inviertan en mis fantasias para alargar las horas reales del día...

Y aunque ahora se me caiga el moco, y mis ojos ardan en un mar de sal, esto es algo provisional.
El piano suena mientras mis dedos escriben estas palabras al compás de una melodía que al tiempo llena mis oidos, al igual que el eco de tu voz en mis recuerdos.
Y ante esto, solo me queda decir que te hecharé de menos... y por supuesto, que te quiero...